viernes, 30 de abril de 2010

Es inevitable...



Es inevitable…
Lo es…

Quizá mis ojos se frisan mientras intento escribir
y tu ausencia devora
un palpito nocturno
que se escapó de una de mis lágrimas,
cómo haré para soñar, si no tengo ventana
y la luna no deja su grandeza
sobre mi cuerpo semidesnudo acurrucado,
mientras siento desvanecer.

Los gritos de la gente,
una multitud aturdida por el alcohol
y yo vibrando bajo las cobijas sin poderte abrazar,
y pienso en el mismo parque,
en la misma esquina, en la misma silla,
mientras patos hurtan nuestra comida
y sonríes, y me miras…

(Ya ni la soledad se me arrima,
es un camino neutral de melancolía)

-Es inevitable-

Hay veintiocho figuritas en el techo,
tan cotidianas que ya les cuento
qué es hacer una poesía en la oscuridad,
donde no te sientes protegida. Una casa vacía,
puertas cerradas, el dinero en la sala,
una pequeña puerta que eriza mis sentidos
me recuerda cada uno de mis temores…

Y abro los ojos… y no estás tú…

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